Ante la firma por parte del gobierno uruguayo y la Sociedad “Montes del Plata” de la autorización de inicio de la construcción de un nuevo emprendimiento celulósico por parte de las empresas sueco-finlandesa Stora-Enso y la chilena Arauco, la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú manifiesta su total repudio por este nuevo agravio a la naturaleza, y se solidariza con las poblaciones que van a ser indefectiblemente afectadas.
Sorprende ingratamente la poca capacidad de imaginación del gobierno uruguayo, que no ha aprendido la lección, y después de 20 años, solo entiende como desarrollo este tipo de emprendimientos, que ya no quedan dudas, dañan de manera irreparable zonas productivas de alto rendimiento, donde la biodiversidad es una de las características principales. Este acuerdo carece de todos los mecanismos de consulta, salvo las fantochadas de las audiencias públicas, donde las empresas despliegan su escaparate, haciendo oídos sordos a la falta de aceptación y la preocupación de los vecinos, que ven justamente peligrar sus actividades productivas, su modo de vida y su salud. Toda esta puesta en escena, esta vez, cuenta con el aval y la complicidad del gobierno argentino, que escudándose en un tratado deficiente, no defiende como es su obligación, a sus ciudadanos que sufrirán los azotes de esta pastera. El Delta Argentino, Tigre, buena parte del Gran Buenos Aires, y más aún, teniendo en cuenta que el obelisco de Buenos Aires se encuentra a 50 Km. lineales, serán afectados por las emisiones gaseosas que serán 30% mayores que las de Botnia-UPM. El Río de la Plata no tolera más afectación. A la carga aportada por los ríos Paraná y Uruguay, se debe agregar lo que vuelca la Cuenca Riachuelo-Matanza- Reconquista, la próxima remoción de fondos del lecho del Puerto de Montevideo para ampliar muelles, los deshechos de las ciudades costeras, etc. El gobierno del presidente Mujica no puede controlar nada. Su DINAMA está desmantelada. Como prueba de lo que acontece tenemos a Botnia-UPM y Alur, la empresa mixta de Bella Unión, que daña constantemente a vecinos de tres países con sus volcados y olores. Por estas razones y más, es que reiteramos nuestra solidaridad con las futuras víctimas ambientales de Montes del Plata, y nos vemos en la obligación de recordarles a nuestros gobernantes, uruguayos y argentinos, que hay otro desarrollo, que no pasa necesariamente por la explotación agresiva de la naturaleza. Que no todo debe pasar por los monocultivos, las megapasteras, las minas a cielo abierto. Y que inexorablemente hay que recorrer los caminos del buen vivir con el planeta. NO A LAS PAPELERAS – SÍ A LA VIDA